Camí cargol
La espiral del camino interior a la plenitud individual, colectiva y universal
El caminant no busca,
sinó que es posa en disposició de trobar.
Ja està tot fet.
Les coses ja hi són,
són obertes i no esperen,
simplement són on són.
I és un cos.
Tot és el mateix cos.
El caminant
és la branqueta de terra
que s’esqueixa quan la pitja.
Caminar és no fer res.
El caminant no travessa l’espai.
És el vent i la pedra,
és l’estona que hi passa.
El caminant no és ningú.
El caminant és el paisatge.
(Laia Noguera)
El gran filósofo y catalán universal, principal difusor de la acción noviolenta en nuestro país y nominado 3 veces al Nobel de la Paz, Lluís M. Xirinacs, incluyó en su modelo filosófico global de la realidad «Globalium» cuál es ese camino que llamó «camino a la plenitud».

Las cuatro estaciones en el camino interior a la plenitud
Éste es el ciclo natural de vida de todo proyecto, ser vivo, comunidad, nación, especie o galaxia:
Etapa de otoño: dejar ir todo lo que ya no nos sirve y que nos limita; la liberación del sujeto de las dependencias mundanas (ascética).
Recogida de los últimos frutos, madurez de vida.
Etapa de invierno: dejarse fundir en la conciencia universal o misterio profundo de la existencia. Sentirse uno con todos y con todo. Esta “muerte para un mayor nacimiento” (Joan Maragall), donde todo es unidad, paz profunda y no-dualidad (advaita, en la tradición oriental), en la naturaleza se corresponde con el invierno (mística).
Vejez y muerte o final de etapas.
Etapa de primavera: dejarse inspirar y fecundar por la fuerza creadora de la naturaleza. Es el florecer de los dones, de las vocaciones y del propósito vital. La primavera representa el renacimiento de ciclos, proyectos, etapas, relaciones, vidas, etc. Profecía, en el lenguaje antiguo: toda persona y todo pueblo se convierte en profeta cuando se rige por la ética del bien común.
Nacimiento e infancia.
Etapa de verano: dejarse obrar desde la confianza plena por esta sabiduría universal, a fin de llevar a cabo el propósito y de poner los frutos vitales al servicio del bien común. Es así como todos los días todos escribimos y determinamos la historia, cómo fundamos el mundo, la nación y la sociedad, día a día, acción tras acción.
Se corresponde con la realización personal y colectiva, que lleva al estado interior de plenitud.
Juventud y adultez, plenitud de vida.

Las tres vueltas del camino de plenitud
Desde una mirada holística y global, el viaje interior a la plenitud no puede culminarse sólo a nivel individual. El camino completo sugiere que las cuatro estaciones de este trayecto sean transitadas en las distintas dimensiones que somos: individual, colectiva o nacional y universal.
Así pues, la invitación es a hacer el Camino desde la conciencia de ser tan sujetos individuales,
como un árbol de comunidades del pueblo, de las culturas y hasta la humanidad,
como naturaleza y universo: el conjunto de especies y ecosistemas.
I quan tanquis els ulls en el teu respirar sincer
no podràs ser qui no ets,
no podràs ser qui no ets.
Torno a ser jo.
(Oques Grasses)

(web en construcción)
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